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La elección del tipo de suelo que pisaremos en nuestro nuevo proyecto puede resultar difícil, pero cuando hablamos de suelos de madera la decisión se complica mucho más. Sea suelo de parquet o tarima de madera, suelo de interior o suelo de exterior, más oscura o más clara, el aspecto rural de la madera contrasta a la perfección con cualquier tipo de decoración a la vez que mantiene la calidad única de este elemento natural.

Pero, como ya sabemos, la imagen no lo es todo: además de su versatilidad, también debemos tener en cuenta la calidad y el tiempo que podremos disfrutar de nuestro suelo en su mejor estado. Pero ¿cómo podremos saber esto? El truco está en el tipo de madera que escojamos y en su correcto mantenimiento. Sigue leyendo para saber cuáles son los más resistentes y cómo deberías cuidarlos.

 

Madera de Nogal

Este árbol prominente nos regala una de las maderas más resistentes del mercado. No solo impera en ella un color cálido que levanta pasiones, sino que además su resistencia a las temperaturas y a la humedad hace que la elección de este suelo de madera maciza resulte un acierto. ¿Y cómo soportará nuestro suelo de madera de nogal el paso del tiempo? Su fibra recta y su grano medio la hacen resistente a cualquier tipo de golpes y arañazos. El parquet de madera de nogal es un must en las nuevas construcciones.

Madera de Roble

Entre todos los tipos de parquet, la madera maciza de roble viene siendo un clásico desde hace siglos, pero nunca pasa de moda. La elegancia con la que dota a cualquier estancia hace que siga siendo la número uno en todo tipo de construcciones. Además de su belleza, la dureza de esta madera natural aumenta notablemente la durabilidad y la resistencia en el tiempo de estos suelos de madera maciza. ¿Sabías que muchas construcciones remodeladas aún esconden suelos de parquet de roble intacto? Sin duda, este suelo de madera no deja indiferente a nadie.

Madera de Fresno

Si te gustan los espacios luminosos y con sensación de amplitud, el suelo de madera de fresno es la opción que estás buscando. Su fibra larga y dura hace que los golpes pasen desapercibidos por ella, además de dotarla de una estabilidad longeva. Es quizás la madera menos resistente al agua, pero su correcto mantenimiento hará que podamos disfrutar de este suelo de madera natural durante un largo tiempo. ¡Y no tiene aforo limitado! El tráfico peatonal no es un problema para este tipo de suelo de madera, así que podrás transitar tu hogar tranquilamente.

A pesar de estas favorables características, un detalle muy a tener en cuenta es cómo y con qué limpiar estos suelos de madera, ya sea en parquet o en tarima. Es muy importante usar productos de pH neutro, evitando productos jabonosos o aceitosos que lejos de limpiar nuestro suelo de madera, nublarán la superficie llegando a dejarla pegajosa y sin brillo en muchas ocasiones.

Debemos actuar con rapidez en el caso de derramar algún líquido sobre ellos, ya que así prevendremos humedades o marcas de agua. Las vetas son nuestras guías: usa una fregona de microfibra y sigue a dirección del a veta. Y lo más importante: ¡cuídalo a diario! Si algo hemos aprendido de sus árboles de origen, es que durarán tanto tiempo como los cuides.

 

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